lunes, 24 de marzo de 2008

Para una primera impresión de una tachadura de Rodrigo Arroyo
sobre la poesía chilena


Por Juan Pablo Pereira

Si la contraseña fuese el abandono necesitaríamos heraldos de voz baja

La cita sólo viene al caso por su belleza. Pero hay libros irritantes. No por lo horrible que sea leerlos y verlos unirse a la legión de trucos sucios que intenta jugarnos una escena crítica extraviada entre las bengalas y la somníferos -sino por lo buenos que son, al punto de recordarnos que tan mal escribimos. La irritación es, finalmente, directa a nuestra envidia. Chilean Poetry, de Rodrigo Arroyo (Fuga, 2008) es uno de esos libros. El canallesco elogio de la madurez de una voz no debiera venir al caso, pero igual llama la atención la profunda juventud de su autor contrastada con nuestros prejuicios respecto a cómo escribe -dogmática, torpemente- alguien de su edad. También más viejos. Arroyo no maneja dogmas, si no la seguridad de una aproximación a la poesía que si no es sistemática al menos tiene marcadas, coherentes líneas de estructuración que bordean el sistema. Pero ello no impide la apreciación del simple tono, en una zona no aguda ni grave, casi conversacional e interpelatoria pero en voz baja, como quien invita a conversar.


Fuente: Letras.s5.com. Página chilena al servicio de la cultura

*el texto, en su totalidad, se encuentra en el siguiente link: http://www.letras.s5.com/ra230308.html

1 comentario:

LA PETITE MORTE dijo...

qué bien... qué ganas de leerlo...!